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Pólipos Endometriales

¿Qué son los pólipos endometriales? ¿Cómo se diagnóstican? ¿Qúe tratamiento tienen?

PÓLIPOS ENDOMETRIALES.

 

Se trata de un crecimiento localizado del endometrio, la capa que recubre el útero por dentro. Son muy frecuentes en la Consulta de Ginecología: se pueden encontrar de manera incidental en un 10-15% de mujeres asintomáticas y en un 20-30% de mujeres con sangrado uterino anormal (SUA). Dada su prevalencia en pacientes con SUA, los pólipos se consideran como parte de la clasificación de la FIGO en las posibles causas de sangrado uterino anormal. Pueden producir diferentes patrones de sangrado anómalo, probablemente debido a la rotura de pequeñas arterias musculares que se encuentran dentro del pólipo, pero también pueden ser completamente asintomáticos. Las patologías uterinas estructurales a menudo causan una menstruación que es intensa o prolongada, aunque sea mensual, pero los pólipos también pueden causar sangrado intermenstrual (entre reglas) o posmenopáusico. Sólo el 0.5-3% de los pólipos son malignos.

Pueden afectar a la fertilidad, y se recomienda la extracción antes de iniciar un tratamiento de reproducción asistida, especialmente antes de la fecundación in vitro (FIV). Algunos mecanismos propuestos por los cuales se piensa que los pólipos afectan a la fertilidad incluyen la inhibición de la implantación, la inflamación endometrial, el bloqueo mecánico de los espermatozoides o los cambios en la receptividad endometrial. En la población infértil, se cree que la prevalencia de pólipos está entre el 11-45%, encontrándose más frecuente que en la población general. Se recomienda la extirpación mediante histeroscopia de los pólipos endometriales encontrados incidentalmente durante la evaluación de la infertilidad; así se ha comprobado que las tasas de implantación tras polipectomía durante la FIV son similares a las de las mujeres que no tienen pólipos endometriales.

Fieles a su nombre, los pólipos pueden crecer como pediculados (desde un tallo delgado) o sésiles  (lisos y planos con una base ancha ) en cualquier lugar dentro de la cavidad uterina. Por lo general, miden hasta aproximadamente 3 cm. En su análisis microscópico, los pólipos aparecen como dilataciones quísticas de glándulas con células mononucleares, a menudo llenas de mucosa. Pueden contener pedículos vasculares, tejido conectivo e incluso tejido glandular.

DIAGNÓSTICO.

Los pólipos endometriales a menudo se diagnostican con ecografía: suele aparecer como un área brillante e hiperecoica (color más claro) visualizada dentro del endometrio. El estudio Doppler puede revelar un patrón de flujo de sangre de un solo vaso hacia el pólipo (sensibilidad del 81,2%, valor predictivo positivo [VPP] del 92,9%) en comparación con los miomas, que con mayor frecuencia muestran un borde realzado de los vasos.

La principal prueba para el diagnóstico es la histeroscopia, considerado como el gold standard. En ocasiones también ofrece una buena valoración la histerosonografía: se trata de la administración de suero fisiológico durante la ecografía vaginal, con una sensibilidad del 93% y una especificidad del 81% en el diagnóstico de pólipos endometriales. La histeroscopia y la histerosonografía se realizan mejor durante la fase proliferativa del ciclo menstrual (poco después del cese de la menstruación). La histeroscopia permite la visualización directa de los pólipos, mientras que la histerosonografía también puede proporcionar detalles específicos, como dónde se adhiere el pólipo y su tamaño. Esta prueba la realizamos si existen dudas sobre la presencia de un pólipo en la ecografía transvaginal, permitiendo una mejor visualización, con un VPP de 88.5%, en comparación con el 65.2% si es sólo ecografía.

MANEJO DE LOS PÓLIPOS ENDOMETRIALES.

 

Debido a que son a menudo los culpables de un sangrado uterino anormal, el tratamiento se justifica para disminuir los síntomas y confirmar el diagnóstico, especialmente porque los pólipos benignos y malignos no se pueden distinguir sólo con imágenes.

La polipectomía mediante histeroscopia es el tratamiento de elección. En el mismo acto permite realizar el diagnóstico del pólipo y su extirpación, bien sea uno o varios los presentes. Pueden usarse histeroscopios de calibre estrecho con diámetros que pueden estar en torno a 4 mm los más usados, que permiten realizar estos procedimientos de forma ambulatoria con dolor mínimo para el paciente. Estudios han evaluado la efectividad de la polipectomía mediante histeroscopia ambulatoria con un éxito en la extirpación completa del 95.7% en comparación con la histeroscopia en quirófano (98.1% exitoso). Se ha demostrado que el dolor informado de los pacientes es razonable y tolerable, con una puntuación media del dolor de 5 en la escala analógica visual (la escala de dolor clásica que va de 0 a 10). Los determinantes de una histeroscopia exitosa para la extracción de pólipos son el número, tamaño y ubicación de los mismos, características del paciente como el índice de masa corporal (IMC) y otras comorbilidades, disponibilidad de un equipo de histeroscopia apropiado, y experiencia del médico y nivel de comodidad con el procedimiento.

El instrumental usado de forma tradicional, como las tijeras para pólipos o los fórceps de agarre introducidos en el canal operatorio de una histeroscopia, así como los dispositivos de extracción de tejidos más modernos, son dos formas excelentes de resecar pólipos bajo visualización directa. Dispositivos más recientes permiten que se realice el corte mecánico del pólipo y la extracción por succión, lo que garantiza una polipectomía completa y una fácil obtención de muestra para su evaluación histopatológica.

Se recomienda el tratamiento de los pólipos endometriales visibles, pero en algunos casos pueden no tratarse, fundamentalmente porque son asintomáticos. Un estudio retrospectivo estimó que el 6.3% de los pólipos pueden resolverse espontáneamente después de 6 meses en mujeres premenopáusicas. Sin embargo, el 15% de ellas pueden desarrollar SUA en ese mismo período. Se recomienda la polipectomía histeroscópica, especialmente en pacientes con mayor riesgo de transformación maligna.
Aunque en los pólipos el riesgo de malignidad subyacente no es muy alto, en mujeres posmenopáusicas que tienen SUA, puede elevarse la causa precancerosa de los pólipos al 6% de los casos. Factores de riesgo de malignidad incluyen: edad postmenopáusica, obesidad, SUA, tamaño del pólipo e incluso diabetes e hipertensión. Un estudio sugiere que el IMC >32 o el grosor endometrial >10 mm aumenta el riesgo de hiperplasia o malignidad. Se ha demostrado que el uso de tamoxifeno, un medicamento de mantenimiento común tomado por mujeres con antecedentes de cáncer de mama con receptores de estrógeno positivos o que están en riesgo de cáncer de mama, aumenta el riesgo no sólo del desarrollo de pólipos endometriales, sino también de la hiperplasia endometrial y cáncer de endometrio.

CONCLUSIONES.

 

Los pólipos endometriales, diagnosticados normalmente por ecografía durante la valoración del SUA o en el estudio de infertilidad, se tratan fácilmente con procedimientos histeroscópicos de forma ambulatoria. Dado el riesgo subyacente de probable malignidad, que puede ser tan bajo como del 0,5% al 3% en todas las mujeres diagnosticadas con pólipos o hasta el 6% en mujeres postmenopáusicas con sangrado, se recomienda la exéresis mediante histeroscopia para su análisis histológico. Sólo en algunos casos seleccionados puede realizarse su seguimiento sin extirpación, ya que algunos desaparecen espontáneamente.

FUENTE: https://www.contemporaryobgyn.net/uterine-endometrial-polyps/endometrial-polyps-office-management