Diagnóstico precoz del cáncer ginecológico y mamario

La detección temprana de lesiones preinvasoras en el cáncer de mama, así como en el ginecológico (ovario, útero, cuello de útero) permite la curación en un 100% y establecer tratamientos menos agresivos. Esto es posible mediante la revisión ginecológica y el uso de pruebas complementarias para mejorar la detección.

Mama.

La mamografía es la prueba más eficaz para la diagnóstico precoz del cáncer de mama. Consiste en una radiografía de la mama con la que pueden verse lesiones pequeñas en estadios iniciales, hasta dos años antes de que puedan palparse en la exploración, y antes de diseminarse a otras zonas. La ecografía es otra prueba que ayuda al estudio de las lesiones de mama. La exploración mamaria, bien realizada por la paciente o el ginecólogo, localiza las lesiones y sus características, pudiendo diferenciar aquellas sospechosas de las que no lo son.

Cuello de útero.

Es posible la detección de lesiones premalignas mediante la realización del Test de Papanicolau (citología cervicovaginal). Es una prueba sencilla y no dolorosa que se realiza mediante la exploración ginecológica en sus revisiones; consiste en un frotis de la superficie del cuello del útero y vagina y su posterior análisis de la muestra. De forma similar puede realizarse el test de VPH para la detección del virus del Papiloma Humano, en aquellos casos que sea necesario.

Útero y ovario.

La ecografía vaginal permite visualizar el útero y los ovarios, detectando lesiones benignas o sospechosas. La biopsia de endometrio puede realizarse en consulta, bien tolerada por la paciente, y permite diagnosticar lesiones premalignas y malignas. Otros estudios que ayudan al diagnóstico de tumores de ovario son la Resonancia Magnética (RM) y la Tomografía Axial Computerizada (TAC).